APORTES DE LA ESCUELITA DE “PEDRO BELTRÁN”

COMENTARIOS Y APRECIACIONES DE LA FORMACIÓN DE PERIODISTAS PROFESIONALES E INTRODUCCIÓN DE TÉCNICAS DE REDACCIÓN PERIODÍSTICA NORTEAMERICANA EN EL PERÚ.



Si tuviésemos que indicar dónde comienza el periodismo moderno del Perú, sería ubicado en 1950 era de “La Prensa” por Pedro Beltrán. “Era la etapa del plomo y linotipos en el periodismo. Por eso se le llamaba la época caliente. Porque se utilizaba el plomo fundido en el proceso de impresión. El plomo, la grama, los planos y los linotipos, fueron parte esencial de la revolución tecnológica que trajo “La Prensa” al Perú y sin los cuales no se hubiese podido llevar a cabo la otra revolución, aquella que marcaría historia en el periodismo peruano.

Pedro Beltrán se hizo cargo de “La Prensa” después de la polémica muerte de su ex director Graña en 1947, según dicen a manos de sus adversarios políticos: los apristas. Desde que tomó el control del diario, Beltrán maquinó grandes planes para éste y quiso que rompiera todos los esquemas preexistentes sobre la manera de hacer periodismo en el Perú. Hasta ese momento, los diarios eran más folletines donde la noticia no se independizaba de la opinión, donde la carátula del diario no vendía noticia sino publicidad, donde escribían los aficionados que terminaban sus textos entre copa y copa en algún bar de la bulliciosa plaza San Martín. Era pues, en toda regla, la época del periodismo bohemio.

Beltrán tenía perfecto conocimiento de esto y quería cambiarlo. Desde años atrás había estudiado meticulosamente publicaciones americanas, como The New York Times o The Herald Tribune, y se había empapado de las últimas técnicas periodísticas como la hoy famosa pirámide invertida. Pero si bien Beltrán tuvo la capacidad económica para implantar la más moderna tecnología al servicio de “La Prensa”, no contaba con periodistas suficientemente buenos para empezar a implantar los cambios que él tanto soñaba. Comenzó así el reclutamiento de los que, más adelante, serían los miembros de “la escuelita”, seudónimo con el que se conoció al grupo de personas que desde “La Prensa” y bajo las instrucciones de Beltrán, se encargarían de renovar el diario, y al cabo de unos años, todo el periodismo nacional. El periodismo moderno nacería así en las salas de redacción de “La Prensa” y todos los integrantes de tan célebre escuela. El único requisito era poseer un nivel cultural lo suficiente alto y una inquietud periodística constante, para así dejar muy por debajo a las otras salas de redacciones y vencer a la feroz competencia de “La Crónica” y “El Comercio”.

Era la época de Bustamante. Era una época del reflejo del cambio que había que hacer en el mundo pues eran los años que seguían a la Segunda Guerra Mundial donde el nazismo y el comunismo se habían expandido. En ese contexto se consolidó una de las generaciones que vendría a ser la de mayor prestigio intelectual del país. “Formamos una generación: la del 50”. Esa generación sería la que con Mario Vargas Llosa, Fernando de Szyszlo, Julio Cotler, Sebastián Salazar Bondy, entre muchos otros, le daría lucidez a la vida intelectual de los años cincuenta en el Perú.

Pedro Beltrán se dio cuenta de la importancia de este grupo de jóvenes y los reunió, para que: “aporten sus luces al periódico”. Ellos eran la mano de obra ideal que materializaría su tan anhelado proyecto. Era una generación pujante y abierta. Que comenzó a hacer el periodismo que Odría quiso clausurar con su golpe de estado en 1948. A esos jóvenes, que nos habíamos iniciado, a los 18, 19, 20 años, haciendo revistas autónomas como PAN nos llamaron a incorporamos para ser la nueva generación de periodistas intelectuales con presencia política. Eso nos unió y esa es la base de la prensa de Beltrán”. Los cimientos del diario se construyeron entonces en inquietos jóvenes universitarios de múltiples carreras, todos con amplio nivel cultural, todos con un gran potencial y con ganas de enfrentarse al mundo y a las circunstancias que les había tocado vivir. Todos ellos comenzaron a dividirse, raudamente, las tareas entre la sección de información, comandada por Grados Bertorini, y el área de opinión perteneciente a Beltrán.

Una vez adentro, el prestigio de ser parte de “la escuelita” se pagaba con sacrificio, ya que, Pedro Beltrán solía ser muy exigente y revisaba, uno por uno, cada uno de los artículos publicados. Buscaba, meticulosamente, aciertos y desaciertos en la información, tratando de, con cada acotación, mejorar la calidad y la técnica periodística.

La expropiación de “La Prensa” por el gobierno de Velasco Alvarado mediante el infame “Plan Inca” que la alejó de las manos de Pedro Beltrán para dársela a las comunidades industriales y así “peruanizar” el diario y ponerlo al servicio del régimen.


Z. GARCIA BARRIONUEVO.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • Twitter
  • RSS

0 Response to "APORTES DE LA ESCUELITA DE “PEDRO BELTRÁN”"

Publicar un comentario